martes, 13 de noviembre de 2018

1.El Hombre como ser constitutiva-mente moral

Como verán podemos comportarnos de forma moralmente correcta en relación con determinadas concepciones del bien moral, es decir, en relación con determinadas normas y códigos morales para nosotros valiosos, o bien, en el otro extremo, podemos comportarnos de forma inmoral con respecto a ellos, pero estructural-mente hablando, no existe ninguna persona que se encuentre situada “más allá del bien y del mal”

Lo cual Esto significa que ante el hecho moral, por más que queramos, no podemos ser indiferentes: somos seres morales tanto porque nos apegamos a cierta moral como porque nos apartamos de ella e ahí nosotros la ética la conocemos como ambigüedad humana.De este término supone que el hombre no está programado para llegar a ser de una sola forma, sino que puede optar por varios caminos, por ello es un ser indeterminado, ambiguo y contradictorio.

Esto consiste en un trayecto, que se  traduce en el esfuerzo permanente por llegar a ser más humano; pero en este proceso, el hombre sigue dos caminos: ... nace con la posibilidad de hacerse más humano: desarrollar sus potencias, crecer hacia el bien, o hacerse menos humano: descuidar sus potencias, abandonar su crecimiento. El hombre se humaniza o se deshumaniza a lo largo de su existencia. Hay seres humanos mejores y otros peores... Así, en cuanto a nuestro ser, hemos de advertir que somos racionales e irracionales, individuales y comunitarios, capaces de amor y de odio, de alegría y tristeza. Y debido a que llevamos los contrarios en nosotros, valoramos, diferenciamos, establecemos el “bien” y el “mal”. La valoración proviene de la condición contradictoria del hombre, esta última es el fundamento que hace posible todos los valores que creamos... No podemos vivir sin valorar. El hombre, entonces, considerado desde su propia naturaleza, es un ser ambiguo y contradictorio por excelencia. Potencial y con-sustancialmente contiene en sí la posibilidad de humanizarse o deshumanizarse, puede tender hacia el bien o hacia el mal, abonar a su perfeccionamiento moral o abandonarlo, por ello, se dice que es un ser contradictorio y ambiguo, ya que incluye en su ser la doble posibilidad de desarrollar el bien y el mal, es decir, los contrarios que potencialmente hay en cada uno de nosotros. Y dado que no podemos vivir al margen de ésta nuestra humana condición, que consiste en vivir valorando siempre: La historia ofrece el testimonio de la presencia de los valores del hombre humanizado, aunque sobre todo lo ofrece de su ausencia y su indudable rareza; éstas son consecuencia de dos signos irreductibles de la libertad: la decisión y el esfuerzo. En el hombre están sin duda los impulsos dominantes del odio, la destrucción, la crueldad y el sufrimiento, del inagotable poder de irracionalidad y malignidad, de auto negación de la libertad y dignidad humanas; males, todos, de los que sólo el hombre es capaz. Pero también en la misma naturaleza humana, en su ambigüedad constitutiva, están obviamente los poderes contrarios, creadores del homo humanus.




Tema 1 Terminado😃

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