Libertad de las Costumbres y Hábitos
La libertad no es algo que pueda ser asociado con las costumbres, los
hábitos y los caprichos. Libertad consiste en querer ser uno mismo; es
aquello que depende de nosotros mismos, no de lo que depende de las
costumbres adoptadas en la época en la que nos toca vivir, ni en los
hábitos y los caprichos propios o de los demás.
Libertad, desde este horizonte explicativo, es poder decir “sí” o
“no”; lo hago o no lo hago, digan lo que digan mis jefes o los demás;
esto me conviene y lo quiero, aquello no me conviene, y por tanto no
lo quiero. Libertad es decidir, pero también, no olvidarnos de que realmente
estamos decidiendo. Libertad es lo más opuesto a dejarse llevar
por los usos y costumbres, los hábitos y los caprichos, cualesquiera que
éstos sean y de quien sean.
Ahora bien, no se quiere decir con ello que todas las costumbres,
hábitos y caprichos sean motivos inadecuados para actuar; sería poco
apropiado querer llevar sistemáticamente la contraria a todas las órdenes,
a todos los caprichos y a todos los hábitos que socialmente pasan como
fundamentales; no, a veces éstos resultan agradables y convenientes. Pero
cabe aclarar que, nunca una acción es buena sólo por ser una orden, una
costumbre o un capricho. Para saber si algo resulta más conveniente
para mí tendré que reflexionar a fondo el curso que habrán de tomar mis propias acciones, si es posible, reflexionando hasta más de dos veces
mis propias elecciones.
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